Me visitas en sueños
cuando la noche empieza más allá
de esconderse el sol.
Respondes al llamado de auxilio subconsciente
con tu imagen adolescente.
En mis sueños te abrazo después de 30 años.
La mujer que me inspiro tantas veces siendo una niña
no haces preguntas y no esperas respuestas.
Solo apareces entre sueños mezclados
como el sabor de los labios
nunca probados.
Siempre que vienes,
mis despertares contienen una sonrisa
pero también sé que solo llegas
cuando el resto de la luz está ausente.