Cuantas palabras
me quedaron en los labios
muriendo sin haber vivido.
Mi boca no sabe
decir cosas tan simples
como: "Te amo por siempre,
mi corazón te pertenece."
Cada instante me pesaba
un siglo y al final nada,
te fuiste para no volver.
Mi corazón quedo allí
donde estubiste sentada,
donde yo no hable y tu
me mirabas con una sonriza.
Allí donde deje mi amor
podrirse de hastío
en la soledad de
una tarde de otoño.
No comments:
Post a Comment